Por Francisco G. Navarro

Una fallida conexión de aviones en México D.F. le impidió a Stefano Varese llegar a tiempo el lunes para decir en Casa de las Américas uno de los dos discursos inaugurales del Premio. Sintió mucho el percance que le impidió compartir podio con el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, “un gran conferencista a quien había conocido de lejos hace unos años durante una Conferencia de la Sociedad de Estudios Latinoamericanos en Montreal”.

Pero la edición 52 del más antiguo lauro de las letras iberoamericanas le tiene reservado al antropólogo peruano nacido en Génova, un espacio de lujo mañana martes en la biblioteca de Casa, la presentación de la edición cubana, la sexta de su obra inicial y emblemática: La sal de los cerros.

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